Tengo miedo a los pasos que
persiguen
los míos.
la vara en la mano
que golpea al silencio
y lo convierte
en aullidos.
Tengo miedo
a los ojos amoratadas
por sus puños.
A la blasfemia
de su boca roja
gritándole a esa niña
que fui.
A la mirada
que acusa sin razón.
A las puñaladas
de sus palabras
en la espalda.
A las noches
de padre ausente,
en las que ella arrastra
otros cuerpos.
Pero,
por sobre todo,
tengo miedo
que regrese
de la muerte
Extraído
del libro “Obligada carne”, de Griselda Rulfo
Que lo disfruten,
Carmen
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