Sacó la galera del baúl, le sacudió el polvo y la puso sobre un
tronco, al sol.
Apoyado en su bastón se inclinó un poco y acarició la cabeza del
niño.
-Todos los conejos que salgan del sombrero serán tuyos – le
dijo, sólo tendrás que creer en los sueños.
Al pequeño le brillaban los ojos, estiró los brazos
hacia el mago y el pacto quedó sellado para siempre.
De " Hagamos el resto"
Que lo disfruten,
Carmen
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