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21 oct 2019

EL NARRADOR, de Oscar Wilde

Había una vez un hombre a quién todos querían porque contaba historias muy bonitas. Diariamente salía por la mañana de su aldea, y cuando volvía al atardecer, los trabajadores, casados de trajinar todo el día, se agrupaban junto a él y le decían:
-¡Anda, cuéntanos lo que has visto hoy!
Y él contestaba:
-He visto en el bosque a un fauno que tocaba la flauta, y a su alrededor muchos enanitos con sus gorras de colores, bailando alegremente.
-¿Qué otra cosa viste?- le preguntaban los hombres, que no se cansaban de escucharlo.
-Cuando llegué a la orilla del mar ¡A que no se imaginan lo que vi!




-No, no podemos imaginar nada. Cuéntanos lo que paso a la orilla del mar.
-Pues vi a tres sirenas, sí señores, a tres sirenas que con un peine de oro peinaban sus cabellos verdes.
Y los hombres lo amaban, porque les contaba hermosas historias.
Una mañana salió de su aldea como todas las mañanas, pero cuando llegó a la orilla del mar vio a tres sirenas, que al borde de las olas peinaban sus cabellos verdes con un peine de oro. Y cuando llegó al bosque vio a un fauno que tocaban la flauta, mientras enanitos bailaban a su alrededor.
Esa tarde, al volver a su aldea, los trabajadores le dijeron como de costumbre:
-¡Anda, cuéntanos lo que has visto hoy!
Y él contestó:
-Hoy no he visto nada.


1 comentario:

Unknown dijo...


Cuando lo mágico se hace realidad deja de ser mágico

Cuando las utopías se hacen realidad pierden mucho de su esencia
Cariños Gra