Había una vez un hombre a
quién todos querían porque contaba historias muy bonitas. Diariamente salía por
la mañana de su aldea, y cuando volvía al atardecer, los trabajadores, casados
de trajinar todo el día, se agrupaban junto a él y le decían:
-¡Anda, cuéntanos lo que
has visto hoy!
Y él contestaba:
-He visto en el bosque a un
fauno que tocaba la flauta, y a su alrededor muchos enanitos con sus gorras de
colores, bailando alegremente.
-¿Qué otra cosa viste?- le
preguntaban los hombres, que no se cansaban de escucharlo.
-Cuando llegué a la orilla
del mar ¡A que no se imaginan lo que vi!