Quisiera hoy contrastar y al mismo tiempo complementar dos textos literarios que plantean, a mi juicio, la insatisfacción humana y la búsqueda de un modo desesperado y a veces cruel, de escapar, zafar u olvidar el sentido trágico de la vida, que todos con mayor o menor explicitud de conciencia, llevamos inscripto en el ADN colectivo. Por un lado, un cuento de Raymond Carver, “La esposa del estudiante”; por otro, la novela de Yasunari Kawabata titulada “País de nieve”.
En el caso del primer texto, el relato transcurre a lo largo de una sola noche. La pareja de Mike y Nan, exponentes de la sociedad occidental y norteamericana, ya están en cama dispuestos a descansar después de un día de trabajo como tantos otros. Los niños, llevan horas dormidos.
Él, Mike, hombre relajado, según su conducta habitual llama al sueño leyendo en voz alta poemas. Poemas de Rilke, Browning, cuartetas del Rubáiyyát. Ella, Nan, en cambio, según da a entender la narración es una persona tierna, amable y con un grado enorme de desasosiego, de insatisfacción interior poco precisa, que la lleva al insomnio y a una inquietud turbadora.
Por ello esa noche en particular, intenta mantener a Mike despierto. Necesita que la escuche, necesita saber más del mundo interior de él. Avanzada la oscuridad, para retener a Mike en vigilia le pide favores, ya un sándwich pequeño porque siente hambre, ya algunos masajes porque le duelen los brazos y las piernas. Él complace entre rezongos esos reclamos puntuales y de inmediato se acomoda para dormir. Siempre gira, le da la espalda y no ve más allá de tan caprichosos pedidos. O no quiere ver.